Sandra Sabatés con
la barriga de Wyoming
En todos los espacios
televisivos se da mucha más importancia a la imagen femenina que a la imagen
masculina.
Sandra Sabatés defiende
de forma firme y entusiasta el 8M, en coherencia con el indiscutible compromiso
por la igualdad que mantiene toda su cadena. Pero ella sabe perfectamente que
no sería la copresentadora de El Intermedio si tuviera el perímetro abdominal
de Wyoming.
¿Pero es que no lo va a
decir nadie? ¿Tenemos este gigantesco elefante plantado en mitad de la sala de
estar, justo al lado del televisor, y todo el mundo va a seguir fingiendo que
no lo ve?
Y es que, digámoslo
claro, hay una forma sencilla de contribuir a la igualdad: practicarla, es
decir, mostrar en pantalla, como presentadoras de sus informativos, a mujeres
de todo tipo de edades, constituciones físicas, índices de masa corporal y
belleza facial.
Así se apoya de verdad el
feminismo, aunque ni siquiera se nombre la palabra “feminismo”, aunque se
dedique todo el espacio a hablar del coronavirus o de las elecciones en Galicia
y el País Vasco.
Y no hace falta hacerlo
de golpe, se puede ir haciendo poco a poco. Podrían empezar ustedes,
profesionales de La Sexta, que se muestran muy concienciados al respecto:
pongan a una cincuentañera gorda, fea y medio calva a presentar Al Rojo Vivo;
sin comentarlo siquiera, como lo más normal del mundo.
Desde mi punto de vista, este hombre tiene toda la razón dado que si no en vez que apoyar la causa feminista, seguirá pareciendo que sólo buscan ganar audiencia fingiendo que apoyan la causa feminista.
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