sábado, 25 de enero de 2020

Dani 16


¿Está bien modificar genéticamente embriones humanos?

El mes de noviembre de 2018, un investigador chino, He Jiankui, anunció el nacimiento de los primeros seres humanos modificados genéticamente en su estado embrionario; dos gemelas, Lulu y Nana. La forma profundamente contraria a la ética en que transcurrió su experimento generó una condena firme desde todos los ámbitos.

Esto no debería hacernos olvidar que la posibilidad de modificar genes, humanos o de otros seres vivos, es un logro enorme. Si lo conseguimos controlar, el ser humano podrá intervenir en la gestación de los seres vivos, desarrollar nuevos tratamientos y mejorar la precisión de los fármacos.
En primer lugar, aún hay muchas cosas a mejorar para garantizar el uso seguro de la técnica. Más allá de eso los obstáculos científicos, con toda su importancia, palidecen ante la entidad de los retos éticos, sociales y jurídicos a los que tenemos que enfrentarnos.

¿Podría la modificación genética abrir una brecha en nuestra especie?
Algunos de quienes se oponen a la modificación genética de la descendencia arguyen que su aplicación podría escindir al ser humano en dos grandes grupos: humanos mejorados y no mejorados.

Esto es posible. Es muy probable que hubiera quienes, por motivos ideológicos o de otro tipo, se negaran a renunciar al método tradicional de reproducción. También se seguirían produciendo concepciones no deseadas. El hecho de que solo se puedan aplicar estas técnicas mediante fecundación in vitro, y el elevado coste que esto implica, significaría que muchos no podrían permitirse estas modificaciones. Y eso por no hablar, claro, de la diferencia entre unos países o, más aún, continentes, frente a otros.

Desde mi punto de vista, modificar embriones está bien pero sería mejor experimentar con animales y cuando ya lo sepan todo sobre este método ya podrían empezar con humanos.

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